DEDICATORIA
A todas aquellas personas que están viviendo circunstancias adversas o que experimentan grandes dudas. Para que encuentren las respuestas y señales que buscan dentro de esta lectura, aprovechando y disfrutando el poema que se adapte a la realidad y al momento que su vida hoy procura.
Para entusiastas amantes, que desean ver descrito lo inmenso que puede llegar a ser todo cuanto ahora sienten. Y para los que sufren por amores a los que deben renunciar, cuando creen aún estar a tiempo.
También para aquellos, los vehementes viajeros, que deciden vivir intensamente lo que experimentan desde su interior. Los que quieren saber, lo que los demás sienten, queriéndoles ayudar a percibir y construir a este mundo, como un mundo mejor.
Finalmente, a los entusiastas y asiduos lectores de poemas e historias, que logran transportarse en la lectura, para transitar el mundo, por diferentes épocas en un mismo momento. Sintiendo, desde lo más profundo, alegrías, tristezas, dolores, decepciones y muchas reflexiones, dentro de un mismo aliento.
AGRADECIMIENTOS
A Dios, mi familia, mi verdadero amor, Adriana Cabrera Cleves y amigos queridos. Así como a mi propia vida, que me ha permitido, de tantos recuerdos y alegrías, que hoy escriba aquí, aunque en cortas frases, reflexiones auténticas de las que he aprendido.
A través de las olas
A través de las olas yo le veía pasar,
y en todos mis latidos vivía su andar.
Entre los claros me detenía a oírle el paso,
mientras el magnetismo que generaba, capturaba hasta el más profundo de mis abrazos.
Como en sueños, con ilusa alegría me dejaba llevar,
y disfrutaba profundamente hasta sin pensar.
Era tan grande y bello lo que sentía,
que hasta verificaba, con cada uno de mis sentidos, que tenía un don que le percibía.
Pasaron meses sin ni pensar, por qué en instantes yo le veía,
y aún sabiendo su ausencia le podía amar, en la tierna manera en que sonreía.
Cual al levitar, recibía invisibles aquellos abrazos,
y podía hasta cambiar al del momento, en paisajes queridos, que solía visitar para ver sus ocasos.
Era como el anuncio de la resurrección, para el agonizante.
Como la poesía, para el preso de guerra, y la luz del día para el caminante.
La ilusión para alguien, quien ya había decidido, anclar su nave.
Pues sin puerto ninguno, por miedo a sufrir quería sin dudarlo, no conocer a nadie.
Y así fue que al pasar el tiempo, la magia, nos unió veloz,
pues sin ni siguiera hablar, parecíamos saberlo todo de los dos.
Intercambiamos entonces, de nuestros pasados lo que fue dolor,
y la protección del uno hacia el otro, sólo apareció, al aceptar que únicamente podía ser amor.
Y al final, al final de esta historia yo no sé que ocurrió,
porque esto aunque insólito, tierno e increíble, aún lo vivo hoy.
Simplemente yo espero que oiga esta poesía y sepa que le quiero, como a nadie en el mundo.
Que así he visto y sentido, todo, desde lo más profundo.
Y aunque sea en la distancia, de ésta, mi nave anclada;
siempre habrá un gran espacio para guardar su magia, como en cuentos de hada,
y que tanto en mi mente, como en mi corazón,
a través de las olas, siempre, siempre estará mi amor.
Canto al verdadero amar
Solamente en tu alma es que podrías encontrar, la verdad y la mentira de cuanto llamas amar.
Aunque el amar es tan simple como el aire, es tan simple y natural como el salir del sol,
es tan sencillo como el llanto de un niño, que apenas al nacer saluda el nuevo mundo, y lo hace a viva voz.
Solamente en tu alma es que podrías encontrar, la verdad y la mentira de cuanto llamas amar.
Porque de Dios sólo procede el sentimiento puro,
el sentimiento noble, que no puede conformarse con algo diferente a la absoluta paz,
que marca diferencias, al sentirte querido, al sentirte importante, como nunca jamás.
Solamente en tu alma es que podrías encontrar, la verdad y la mentira de cuanto llamas amar.
Y si algo te confunde por difícil que sea, aclararás las dudas, cuando tus musas llegan y transformen tu actuar,
cuando te juzgues a ti mismo como un loco, porque te arrastra el sentimiento, y sin saberlo te aferras al amar.
Solamente en tu alma es que podrías encontrar, la verdad y la mentira de cuanto llamas amar.
Y es que si un simple amanecer de lunes, hace llenar tu alma como iniciando tus fines de semana, sintiendo desplazarse de ti la soledad,
permitiéndote vivir tu verdad sin compromiso, en la inocencia de un abrazo que te hace hasta volar.
Eso tan diferente es sólo libertad, y por difícil que sea reconocerlo, tu alma grita que eso, que «eso es en verdad amar».