Escena 5
Escuela elemental Rubén Berríos, oficina de la
Principal.
Cotorra: ¿Cómo está la familia Pitirre hoy? Es un placer tenerlos aquí para discutir el caso de su hijo y ver en qué forma le podemos ayudar; para que no solamente las calificaciones mejoren sino también su conducta en los salones. Según la maestra de inglés, ésta continúa siendo muy insatisfactoria.
Pitirre madre: Precisamente de eso y otras cosas queríamos hablar con usted. Nuestro hijo ha estado comportándose de una forma extraña últimamente y es por eso que lo hemos estado llevando con el sicólogo en busca de una solución. A propósito, él mañana tiene otra cita. Las veces que ha faltado han sido porque ha estado atendiendo dichas citas.
Cotorra: ¡Bendito! No sabía que el asunto era tan serio. Necesito que me mantenga informada de los reportes del sicólogo, por favor. Con nuestra ayuda y, por supuesto, la de ustedes vamos a hacer que su hijo salga adelante. Hablaré con Miss Águila, la maestra de inglés, para ponerla al tanto de toda esta situación. No se preocupen por las ausencias; esas quedarán justificadas.
Pitirre madre: Muchas gracias por su comprensión. No tenemos como pagarle tanta gentileza de su parte. No cabe duda de que nuestra comunidad está favorecida al tener una servidora pública como usted.
Cotorra: No. De ninguna manera. Gracias a ustedes por haber venido y compartido toda esa importante información. (Se oye un gran escándalo en el patio de la escuela) ¡Bendito sea El Señor! ¿Qué es eso? Con su permiso, permítanme unos minutitos para averiguar lo qué está sucediendo afuera. Espérenme aquí, por favor.
Estudiantes: Duro Pitirre. Dale Guaraguao. Duro Pitirre. Párate Guaraguao.
Cotorra: Abran paso. ¿Qué está pasando aquí?
Estudiantes: Pitirre y Guaraguao se están peleando porque Guaraguao se puso a regar un chisme por toda la escuela. Guaraguao dice que Pitirre está crackeado y que por eso lo habían botado de la escuela como pamper usado.
Cotorra: (Llegando hasta donde se encuentran los jovencitos) ¿Qué se están creyendo ustedes? Aquí estamos en un plantel educativo. Quiero que quede claro, que aquí, ustedes no están en un cuadrilátero de boxeo. Vamos inmediatamente para mi oficina. Ayúdeme, Mister Múcaro, por favor.
Pitirre padre: ¡Hijo! ¿Qué pasó? ¿Por qué te
estabas peleando?
Pitirre madre: (Con lágrimas en sus ojos). Dinos hijo. ¿Cuál fue el problema? Tú puedes tener la seguridad de que te comprenderemos y haremos todo lo posible por darte la mejor ayuda. Sabes bien que siempre hemos querido lo mejor para ti.
Mister Múcaro: Disculpen la interrupción. Misis Cotorra. Dese prisa y llame al 911. Guaraguao está muy mal. No despierta. Está noqueado. (Mirando a Pitirre padre) Ese hijo suyo vale una gran fortuna. Debería de llevárselo a Las Vegas. Tiene pegada de campeón. ¡Qué bárbaro! (Haciendo ademanes de boxeador con las manos) Una izquierda. Una derecha. Otra izquierda. Otra derecha y listo.
Misis Cotorra: ¡Mister Múcaro! ¿Cómo se atreve hacer esos comentarios. Permítame recordarle que
está usted en una escuela. Aquí la violencia se combate con las poderosas armas del estudio y no con más violencia.
Mister Múcaro: Perdón. Fue que me dejé llevar por mis emociones. ¡Mi madre! Si lo llega a descubrir uno de esos promotores de boxeo, como ese de los pelos parados, ¿Cómo se llama? ¡Ay! El que parece que lo asustó un león. Bueno, ustedes saben a quien me refiero.
Misis Cotorra: (marcando al 911) Estoy llamando de la escuela elemental Rubén Berríos. Por favor, envíen una ambulancia inmediatamente. Tengo un estudiante que está noqueado, digo inconsciente. (Dirigiéndose a Pitirre hijo) ¿Cómo tú te sientes? ¿Estás bien?
Mister Múcaro: (Dirigiéndose a Pitirre hijo) Pero si este nene no tiene ni un rasponcito. ¡Qué pela tú le has dado, mi pana! La verdad es que parece que tus padres te alimentaran con puro ñame. Derecha o izquierda, no sé cuál de las dos sea la mejor. Tú has nacido para ser un gran campeón.
Misis Cotorra: Mister Múcaro vuelva ya a su salón y gracias por la ayuda.
Mister Múcaro: De nada Misis Cotorra. ¡Qué tiempos! ¡Qué tiempos en los que yo boxeaba!
Misis Cotorra: (Hablando para sí misma) ¿Qué yo voy a hacer con este maestro? Es buena gente pero
a veces se comporta peor que los mismos nenes. Me está que por eso lo trasladaron de escuela. Suerte que tiene la permanencia sino ya lo hubieran botado como bolsa.
Pitirre padre: ¿Decía Misis Cotorra? No le oímos lo que acaba de decir. Podría repetirlo. Lo que pasa es que estábamos poniéndole atención a Mister Múcaro.