El autor de Siénteme, Eduardo Garay, me pidió que editara su libro a principios del año 2009. Yo inicié el trabajo sin saber que a medio camino mi pareja dejaría este mundo y yo empezaría un proceso de duelo intenso, inesperado, doloroso y solitario. Puse a un lado la corrección el día de San Valentín de 2009, fecha en la que le escribí al autor para informarle que habría un retraso en la fecha de entrega por razones personales de fuerza mayor. En el momento en que retomé el trabajo de edición de Siénteme, fueron sus palabras hermosas y poéticas las que le dieron consuelo a mi corazón y fueron un bálsamo para mi herida.
Muchos creemos que las coincidencias gratuitas no existen. Que hay una fuerza toda poderosa, amorosa, sabia y benigna que gobierna el mundo, que de manera misteriosa sincroniza los acontecimientos y que no hay una hoja de un árbol en el mundo entero que no se mueva sin su conocimiento, voluntad y aprobación. Hoy, más que nunca, estoy convencida de ello. Cada palabra de este precioso libro me llenaba de sosiego y sentía como si fuera Richard, mi pareja, quien se comunicaba conmigo a través de estas palabras. Todo tenía sentido.
Por ello, sé que el destino permitió que llegara a mis manos el trabajo de edición de Siénteme, en el momento en que mi pareja pasó a otro plano, pues me permitió hacer mi duelo más llevadero y sólo así este trabajo iba a tener más sentido para mí, no sólo como profesional sino a nivel personal. Estas circunstancias me permitieron sentir las palabras y la motivación del autor y valorar el contenido de este magnífico libro de una manera más aguda y pura.
Se trata de un mensaje auténtico y fruto de un sentimiento proveniente del corazón de un hombre capaz de expresar verdades antiguas e imperecederas de una manera única. Confío en que los lectores de este libro podrán recibir este regalo que les inspire a saber amar y les refuerce el conocimiento y la confianza de que son amados.
En un lenguaje que toca la sensibilidad de la mujer con una caricia y apacienta su corazón mientras le recuerda con gracia quién es ella, Siénteme les rememorará que la vida está ralamente diseñada para ser dulce y perfecta dentro de la imperfección del mundo en el que habitamos.
Gracias, Eduardo, por esta obra que nos permite reflexionar sobre la esencia más fundamental de nuestra existencia y que en tan buen momento llega a nuestras manos.
Adriana Cleves, MA
Cleves Book World – Cleves Cultural Projects
Los Angeles, California
Marzo 7 de 2009
Aquella Flor
Una flor nació de la mano de Dios y comenzó a creer que en medio de la turbulencia del viento, aquel que la creó la llenaría de buen fruto y de lindas hojas que la mantendrían despierta y contenta hasta el día en que ella muera.
Por lo tanto su fé y su esperanza fueron continuas, sin sembrar duda alguna que la detuviera y no le permitiera florecer como ella espera y desea. Esa flor fue tan hermosa como para emprender un cántico nuevo y así cautivar a nuestro Señor, para que Él se llenara de mucha alegría y entonces diera nombre a esta sencilla y muy bella flor.
La nena, la hija vencedora de estos tiempos difíciles, mi amor, mi reina, esa eres tú, mi cielo azul que sabes estremecer las nubes blancas que existen en las alturas de esta tierra.
El señor te dice: “No temas, no tengas miedo porque yo soy tu Dios y nunca apartaré mi mano poderosa, que siempre te llenará de fortaleza.” Pues donde quiera que tú estés, yo me ocuparé de ti y te haré florecer, preciosa, como he hecho con la más dulce flor, que siempre estará en lo más profundo de un tierno corazón, mi más preciada nena, que luego enciende y hace brillar con su grandeza, la sencillez de nuestra más bella tierra, así que ven y siénteme.
El Detalle
Mi vida, mi princesa, un detalle creado en espiral esa eres tú, mi reina, un rayo de luz que establece en mi confianza. Así que ven y siénteme como en todas las mañanas, todas las tardes o en las noches, porque deseo hacer contigo un instrumento nuevo, un instrumento de trillar, una hermosa dama que se haga valer por toda la eternidad, una maravillosa pieza donde en su lindo rostro brille la felicidad y pueda prevalecer su sinceridad.
Ven siénteme linda, no sigas dudando en hacerlo porque de todas maneras así, amor, es que te quiero, envuelta en tus sábanas blancas pensando en este dulce momento y en este ser espiritual que te ama con todas sus fuerzas, pues no deberías mirar atrás buscando la soledad que a tu vida secuestra.
Amada mía, si yo te dije que te amaba es porque te amo en verdad, así que ven y siénteme de tal manera que hasta puedas creer en este detalle. Más un sentimiento en mi hacia ti se han creado, es por eso que te prometí, mi cielo, que siempre me manifestaré cerca de tu lado, pues en tí haré justicia, mi dulce niña, para que no tengas que seguir recordando el pasado ni los lazos que en algún momento te maltrataron.
Vida mía, precisamente fue contigo, caramelo, con la que yo había soñado, pero ahora estoy despierto y cada vez que te veo siento que ya no es un sueño, el detalle es real, eres bella y nadie me hará cambiar mi dulce manera de pensar, pues mi reina, sé de dos grandes potencias en la vida que te voy a mencionar, las dos que predominan sobre la faz de la tierra: el verdadero amor que hace nacer un sentimiento y destruye la ansiedad y la adversidad, la maldad y nuestras emociones. Así que mi amor, mi detalle, no lo pienses más, ven y siénteme.
Por;
Autor- 2009
Eduardo Garay