HACIA EL AUTENTICO ROL DIRECTIVO

2. Las universidades forman profesionistas, pero no gerentes En un principio abrigué la expectativa de que pronto resolvería esta urgente necesidad, puesto que me hallaba cursando una carrera admi-nistrativa en una universidad. Sin embargo mi inquietud existencial persistió, incluso al cursar posteriormente estudios de posgrado. Arribé entonces a la firme conclusión de que las universidades forman profesionistas en sus diferentes ramas y especialidades técnicas, mas no forman gerentes, a pesar de que tales profesionistas tarde o temprano llegan a ocupar puestos directivos. Ni siquiera la carrera denominada Administración de Empresas se orienta a formar gerentes, como por su título podría suponerse. En ella el alumno aprende “un poco” de administración general y “otro poco” de economía, ventas, producción, contabilidad, finanzas, recursos humanos, etc., que con sus respectivas disciplinas técnicas inciden en el funcionamiento de una empresa, sin por ello profundizar ni especializarse siquiera en alguna de ellas. Grande fue mi desencanto. 3. Los autores de management prescriben funciones, no un modelo del Rol Gerencial Por ello, cuando ascendí a una dirección corporativa, fungiendo como consultor interno para tres docenas de empresas de un importante grupo industrial, devoré con avidez los tratados de eminentes autores de la dirección y la administración, con el doble afán del aprendizaje y de la búsqueda del modelo del rol directivo. No obstante encontrar muy valiosas aportaciones, llegué a la conclusión de que hay tantas definiciones de administración -o mejor dicho, de management- y se prescriben tantas funciones gerenciales como autores. Excepto en algunas de las funciones, no hay coincidencia entre ninguno de ellos. Por ello, su diversidad y su divergencia en las funciones que prescriben han contribuido a generar una desafortunada confusión en los directivos. Por lo demás, ni en lo individual ni en el conjunto de las funciones ofrecen un verdadero modelo del rol gerencial. Debo también señalar que los autores se enfocan a prescribir las funciones del más alto directivo de la empresa -al que convencionalmente entende-remos como la Alta Gerencia- mas ninguno de ellos se ocupa de las funciones diferenciadas y concatenadas de los demás niveles de gerencia, que también dirigen. Ante estas lagunas de los teóricos de la administración, echando mano de mis experiencias personales y particularmente de mis reflexiones y registros, desarrollé mi propio modelo de rol gerencial con el que pude trabajar razonablemente en la consultoría corporativa y al mismo tiempo como maestro universitario de posgrado. Sin embargo, en mi fuero interno estaba insatisfecho, por lo que decidí realizar por mi cuenta diversas investigaciones de campo buscando resolver una cuestión fundamental: ¿En qué forma los autores influyen para que los gerentes aprendan su papel en la vida real? 4. Mi investigación señaló: Los gerentes en realidad aprenden su papel sobre la marcha Por la información y las observaciones obtenidas de primera mano con una muestra suficiente y representativa de directivos en funciones, arribé a la conclusión de que en la vida real los gerentes se hacen sobre la marcha. Aprenden a desarrollar su papel bajo la influencia de tres fuentes principales: imitando la forma en que vieron actuar a sus jefes; asimilando las experiencias personales a base de ensayos de prueba y error y, en buen parte, respondiendo a las demandas de terceros, ya sea el propio superior, los subordinados, los colegas de las demás áreas y aun personas externas relacionadas con la empresa. Otras fuentes de menor influencia resultaron ser las prescripciones de los autores de administración estudiados por lecturas personales o mediante progra-mas formales de capacitación. En la Primera Parte de esta obra nos referiremos con mayor detalle a estas investigaciones. En la realidad los gerentes aprenden y se hacen sobre la marcha. Actúan sin tener en mente un modelo para sus actuaciones. Es la forma tradicional. Y con toda honestidad debo manifestar que esto lo corro-boré en mí mismo, en mi propia trayectoria gerencial. Seguramente usted, amable lector, agregará su nombre, pero también estará de acuerdo en que no es ésta la mejor forma de aprender a ser gerente, pues se aprende a hacer muchas, bastantes cosas, en cada nivel de mando, pero… ¿Se están haciendo las cosas correctas? ¿Se están haciendo en la forma correcta? ¿Es posible y de qué fuente deducir un modelo o paradigma del rol directivo, que nos oriente a saber y hacer las cosas correctas, en la forma correcta y en el nivel de mando correcto? La insatisfacción es el resorte impulsor de la búsqueda. Totalmente insatisfecho con esa forma tradicional de aprender “sobre la marcha”, mantuve la convicción de que era necesario y posible desarrollar un modelo del papel directivo, ecléctico, comprehensivo y lo suficiente-mente general para aplicarse en los diferentes niveles de mando aun-que con sus respectivas particularidades, desde la Alta Gerencia hasta la Supervisión de Primera Línea, y en las diversas organizaciones, públicas o privadas, de productos o de servicios, con fines de negocio o sociales.