Una Historia de Ishtar

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Estaba muy confundida con todo ya que los médicos la mantenían casi todo el tiempo drogada, se sabía débil y no le quedaban ganas de ponerse a luchar, cada vez se hundía más en la incomunicación y en la soledad. Había manifestado a Nudimmud su deseo de hablar con Inanna, pero la consejera ni siquiera se dignó a aparecer por allí, al menos mientras ella estaba despierta. Era la única persona capaz de enfrentarse a Marduk, Ishtar lo intuía. Sin embargo, la ayuda no llegaba y era tan fácil dejarse morir que le daba vueltas a esos sentimientos.

Esta situación tenía perplejo a Nudimmud. El pobre, debajo de la máscara gigantesca y rígida del poder se encontraba, curiosamente, con un Nudimmud sorprendido. Este poder se le había solidificado sobre sus facciones creando una imagen externa hierática, ese poder que hacía todo suyo, que le agobiaba en términos de deber sepultando su conciencia ante cada injusticia cometida en su nombre. Amante de la libertad, opresor de sus propias idea. Nudimmud oscilaba acotado entre los dos extremos de su orbital.

Por eso no podía dejar de pensar en Ishtar. Nadie le había dicho qué iba a suponer cumplir con su deber, y lo estaba averiguando dolorosamente. Si para ello tenía que derramar vidas, las derramaba, si tenía que ser injusto, lo era. En su sublime locura, se mantenía lejos de los problemas humanos que tanto le agobiaban. Así sometía a los indígenas a la crueldad sin límites de Marduk.

Ishtar era ese tipo de problema, y no podía desentenderse de ella, estaba tan cerca, admiraba tanto su valor. Era uno de los pocos personajes capaces de poner sus ideales por delante de los hechos. Con un comportamiento consistente, sí, y valiente, sí, pero también terminaba siendo muy poco realista. Y por primera vez en su vida Ishtar no había tenido el poder suficiente como para llevar sus ideas a la práctica. Él se había encargado personalmente de contrariarla, e Ishtar respondía desenlazándose del mundo.

Así, en un intento de poner los pies de Ishtar en el suelo frío de la cruda realidad, decidió enfrentarla de nuevo con Marduk. Sí, el odio podría derribar las barreras emocionales de las que Ishtar se había rodeado.

About the Author

Nace en Madrid en 1969. Estudió diseño y estilismo. Unos años después hizo filología en la Universidad complutense de Madrid especializándose en la enseñanza de español.